Autores:
Nota original de El Comercio
Es lunes. La avenida de Los Granados, en Quito, o la Nueve de Octubre, en Guayaquil, se pueblan de ruidos. Voces y pasos agitados. Espátulas y brochas. Gritos que cambian la diferencia entre tener dinero o quedar a la espera de otra oportunidad. Son obreros ocasionales de la construcción. Corren tras los autos que buscan manos para trabajos breves.
Estos albañiles, plomeros y pintores esporádicos desconocen que, en menos de dos meses, deberán ser afiliados al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS). No hay excusas para no hacerlo.Pero, ante la rigidez de la norma, subyace la lógica perversa de la informalidad: prefieren la garantía de recibir poco, a su cuenta y riesgo, antes que la certeza de una afiliación al IESS que no saben si sucederá alguna vez.
Foto @TestimonioUrban
No vale para trabajos breves.
Joel García, coloca tuberías en Guayaquil. "La gente me contrata para hacer el trabajo rápido y no tiene tiempo para afiliarme al seguro. El trabajo que yo hago demora uno o dos días y después me voy a otro sitio. Imagínese, por un trabajo de veinte dólares, tengo que pedir un IVA para ver si me afilio voluntariamente al IESS. Mi trabajo subiría entonces a treinta dólares. Yo he trabajado para grandes constructoras y a la empresa le conviene que no me pase nada y me dan todas las seguridades."
Más allá, mientras vigila un auto que parece buscar obreros, Teodoro Silva es más rotundo: "no, nos nos van a querer afiliar. Imagínate. Si me van a afiliar, me tienen que dar otros beneficios y dudo que nadie nos quiera afiliar así"
Manuel Carrillo se protege del sol con la mano como visera. Sabe de la precariedad de su oficio, pero tiene temores ante la afiliación obligatoria. "Trabajo un día a la semana. Soy carpintero, instalo puertas y cosas así".
La construcción en cifras
La lógica de la subsistencia ha marcado uno de los sectores más dinámicos de la economía nacional. De acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) y de la Cámara de la Industria de la Construcción, que recoge la Revista Contruir, este ramo aportó el 10 % del Producto Interno Bruto (PIB) del Ecuador, en promedio, durante los últimos diez años. Tal dinamismo le ha significado ingresos promedio de 9 833 millones de dólares, en 2012.
Hasta diciembre del 2013, el propio INEC registró que el 8,14% de las personas con empleo laboraba en el sector de la construcción. En tanto, el Ministerio de Relaciones Laborales y la Cámara de la Industria de la Construcción calculan que este ramo emplea a medio millón de personas.
Grandes proyectos o pequeñas constructoras deben acatar lo que fija la ley. El arquitecto Marcelo Luje trabaja con 32 obreros a los que ha afiliado al IESS. Intenta ajustarse a lo solicitado, pero reconoce que si el trabajo es por horas, muy breve, resulta complejo el cálculo del proporcional de la afiliación que le corresponde al empleado.
Foto:@TestimonioUrban
Enlaces de interés
Obreros tienen dudas sobre la afiliación al IESS
La construcción en cifras. Revista Ekos
No hay comentarios.:
Publicar un comentario