lunes, 29 de septiembre de 2014

La presidencia de Brasil es asunto de dos


Las elecciones presidenciales en Brasil se concentrarán, únicamente, en dos candidatas. Así lo subraya la intención del voto de más de 142 millones de brasileños que sufragarán el próximo 5 de octubre. 


El 70% por ciento del electorado, según el diario Folha de Sao Paulo, elegirá entre Marina Silva, del Partido Socialista Brasileño (PSB) y la actual mandataria y candidata del Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff.




Aunque la ecologista Silva logró poner el peligro la virtual reelección de la candidata del partido del exmandatario Lula Da Silva, los números variaron en la última semana. Rousseff, de acuerdo a una encuesta de Vox Populi, ganaría la primera vuelta con un 40% de apoyo y la segunda vuelta con el 46% de los votos.


Estos números, impactaron en el mercado de valores de Brasil. La posible reelección de la postulante del PT desanimó a las Bolsas de Río y Sao Paulo, que cayeron en un 4%, en promedio, a lo largo de la semana. La política estatista de Rousseff  convirtió al Estado brasileño en un actor importante de la economía nacional.



La gran interrogante es qué haría Silva si llegase al Palácio do Planalto. La candidata socialista, públicamente, defiende políticas económicas de libre mercado. A la par, aboga por incrementar el número de beneficiarios del programa social Bolsa Familia a 24 millones de personas  y elevar el gasto en salud pública hasta el 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). 


Pero Rousseff está dispuesta a dar la batalla. Su principal capital político es la figura de Lula, que funge como gancho electoral. Además, le apuesta a una campaña puerta a puerta con los militantes petistas a todo lo largo del país.



La candidata presidenta no escatima a la hora de mostrar los logros de los sucesivos períodos de gobierno del PT. Por eso, en la Asamblea General de la ONU, esta semana, recordó que la tasa de incidencia de la pobreza se redujo del 16,1 %, en 2007, al 9%, en 2012, de acuerdo a cifras del Banco Mundial.


Es, precisamente, entre los sectores más pobres del gigante sudamericano que Rousseff tiene mayor apoyo. El 50% de las personas de menores ingresos votarían por la actual mandataria. Por eso, el voto cautivo es también importante en el nordeste brasileño, la zona más pobre del país, donde se concentra el 26,8% de las personas con derecho al voto.



En el contexto regional, los 12 años de ejercicio del poder del PT han significado un respaldo a los procesos políticos de Venezuela y de otros gobiernos populistas radicales en la región.  Además, Brasil ha liderado los mecanismos de integración económica del Mercosur y se ha mantenido en la línea de no suscribir tratados de libre comercio fuera del bloque.


Pero, al interior de Brasil hay un concenso: Marina Silva sigue la trayectoria de otros postulantes que han ganado el sillón presidencial. La candidata socialista se ganó primero el favor de los jóvenes y de la clase media. Sin embargo, lograr el apoyo de los más pobres, que no quieren perder las ayudas gubernamentales, resultará más complejo. 




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